
Tanto tú como yo tenemos un problema y dependiendo del grado de éste nos vemos limitados a disfrutar nuestra vida con menor o mayor intensidad.
Voy a contarte una breve historia para introducírtelo.
Hace un tiempo mis amigos y yo planeamos realizar un viaje para finales de verano. El año anterior algunos habían viajado unos días a Granada y queríamos repetir aquella experiencia. Como unos trabajaban durante el verano y otros empezaban clases poco después, la segunda semana de septiembre parecía el momento ideal para aquella aventura.
Nos pasamos el verano esperando aquella semana en el sur de la península y al final, por unas u otras circunstancias, no logramos juntarnos todos los que habíamos decidido hacer el viaje.
Una de las primeras noches de septiembre cuatro de nosotros quedamos para dar una vuelta y tomar algo. De aquella noche surgió la brillante idea de cruzar el charco y plantarnos en un paraíso tropical, y lo que empezó como una broma, nos llevo a visitar una agencia de viajes al día siguiente y reservar billetes para una semana después.
Al final yo tampoco acabé haciendo aquel viaje y probablemente me perdí una experiencia inolvidable, sin embargo también acabé pasando unos días fuera en gran compañía.
A menudo nos encontramos con intenciones, planes y sueños que posponemos. Decidimos esperar el momento perfecto para viajar, empezar un nuevo proyecto, cambiar de trabajo, hacer ejercicio o decirle lo que sientes a las personas que quieres.
Posponemos demasiado y olvidamos que nuestro tiempo aquí es finito, y quizás por eso reflexionar sobre la muerte pone las cosas en perspectiva. Tendemos a creer que tenemos todo el tiempo del mundo cuando nadie puede garantizarnos que vayamos a vivir ni un sólo día más.
Buscamos las condiciones perfectas para realizar todo aquello que queremos y no nos damos cuenta que debemos dejar de posponer para más adelante porque luego pasará “tal” o “cual”.
Y que la solución consiste en cambiar el chip, en vivir más ahora y adaptarse a las condiciones que tengamos, sin buscar la perfección y siendo flexible con ellas.